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17/08/2020

Duelo y reinvindicación de la salud a través del caminar

Hoy se conmemora el Día Internacional del Peatón, instaurado por la Organización Mundial de la Salud en memoria del primer atropello mortal causado por un automóvil, que tuvo lugar en Londres un 17 de agosto de 1.897.

Un funesto inicio de la violencia vial que transformó a partir de entonces las ciudades de todo el mundo, conforme se fue extendiendo el uso de vehículos a motor privados y, en particular, automóviles.

En medio de la pandemia de la Covid19, con más de 765.000 fallecidos a día de hoy, cabe recordar, como hace la propia Organización Mundial de la Salud, que los accidentes de tráfico son una pandemia desatendida, que mata 1,3 millones de personas y genera otros 20 millones de personas heridas graves al año en todo el mundo. Los peatones fallecidos al año suman cerca de 200.000 en todo el mundo.

En España, según las cifras de la Dirección General de Tráfico, fallecen al año cerca de 400 peatones. Y en las vías urbanas, los peatones suponen cerca de la mitad del total de fallecidos en accidentes de tráfico.

A ese duelo hay que añadir el de las víctimas de otros fenómenos asociados al actual modelo de movilidad y motorización, como las causadas por las enfermedades derivadas de la contaminación del aire, del ruido o del sedentarismo.

El Día Mundial del Peatón nos recuerda que en la receta para cambiar la movilidad el ingrediente fundamental es mejorar la caminabilidad. En las ciudades españolas cerca de la mitad de los desplazamientos se hacen a pie, a pesar de que llevamos décadas diseñando las calles para el automóvil y perdiendo opciones para hacer que caminar sea una manera cómoda y segura de desplazarse.

Somos los peatones los que cedemos la mayor parte del espacio público para el aparcamiento y la circulación de vehículos, los que estamos obligados a dar rodeos para cruzar; los que tenemos que transitar en aceras que, ahora, dramáticamente se visibilizan como inseguras hasta por motivos sanitarios; los que no contamos con arbolado para paliar el calor y la contaminación o bancos para sentarnos.

Hoy, desde la Asociación A Pie y desde ANDANDO, la coordinadora de asociaciones peatonales, queremos reivindicar la figura del peatón como actor principal en el diseño de las calles y en la regulación de los diferentes tipos de movilidad de nuestras ciudades y pueblos.

Para festejar el Día del Peatón, exigimos que el caminar sea el centro de la movilidad urbana, que las necesidades de los que andamos por la calle sean los criterios principales que se usen para regularlas y diseñarlas, haciendo especial hincapié en las necesidades de la infancia, las personas mayores, las personas con discapacidad.

Como peatones no somos vulnerables, sino que hemos creado ciudades, calles y carreteras que nos hacen vulnerables. Por consiguiente, más que proteger a los “vulnerables”, hay que aplicar políticas que reduzcan esos contextos que hacen inseguro o incómodo el caminar.

Estamos a tiempo de cambiar nuestros barrios y pueblos para mejorar la salud y la calidad de vida de los peatones, es decir, de TODOS.

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